la trigonometria
La agrimensura y la navegación son prácticas que, desde sus
orígenes, han requerido el cálculo de distancias cuya medición directa no
resultaba posible; y otro tanto sucede en el ámbito de la astronomía. Para
resolver este problema, los antiguos babilonios recurrieron ya a la
trigonometría; es decir, a una serie de procedimientos que permiten poner en
relación las medidas de los lados de un triángulo con las medidas de sus
ángulos. La distancia desde un punto situado al pie de una montaña hasta su
cima, por ejemplo, o desde una embarcación hasta un determinado punto de la
costa, o la que separa dos astros, pueden resultar inaccesibles a la medición
directa; en cambio, el ángulo que forma la visual dirigida a un accidente
geográfico, o a un punto de la bóveda celeste, con otra visual fijada de
antemano (como puede ser la dirigida según la horizontal), acostumbra ser fácil
de medir mediante instrumentos relativamente sencillos. El objetivo de la
trigonometría es establecer las relaciones matemáticas entre las medidas de las
longitudes de los segmentos que forman los lados de un triángulo con las
medidas de las amplitudes de sus ángulos, de manera que resulte posible
calcular las unas mediante las otras. Asociada tradicionalmente a un capítulo
tan importante de la actividad humana como es el de la observación astronómica,
la noción de ángulo es básica en geometría (y obviamente en trigonometría). Su
aparente sencillez no ha de ocultar el hecho de que el tratamiento de los
ángulos como magnitudes susceptibles de ser medidas encierra una considerable
complejidad; en efecto, un sistema de medición de los ángulos que permita
compararlos eficazmente con otras magnitudes geométricas, como la longitud o la
superficie, requiere tratarlos como magnitudes lineales, lo que sólo se
consigue adecuadamente asociándolos a arcos de circunferencia. Pero el cálculo
de la longitud de la circunferencia hace intervenir una magnitud irracional, el
número pi; esto implica que cuestiones aparentemente sencillas, como por
ejemplo la división de un ángulo cualquiera en tres partes iguales, no puedan
resolverse fácilmente mediante una construcción geométrica que se sirva
exclusivamente de la regla y el compás.
Dados tres puntos distintos, M, N y R, consideremos las dos
semirrectas NM y NR del plano que contiene a los tres puntos; dichas
semirrectas poseen un origen común N y dividen al plano en dos regiones, cada
una de las cuales se denomina ángulo. Las semirrectas son los lados del ángulo
y su origen común es el vértice.
El triángulo es el polígono más simple y también el más
fundamental, ya que cualquier polígono puede resolverse en triángulos; por
ejemplo, trazando todas las diagonales a partir de un vértice, o más en
general, uniendo todos los vértices con un mismo punto interior al polígono.
Por otra parte, un tipo particular de triángulos, los triángulos rectángulos,
se caracterizan por satisfacer una relación métrica (el llamado teorema de
Pitágoras) que es la base de nuestro concepto de medida de las dimensiones
espaciales.
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